La otra

Una infidelidad puede ser fuente de incertidumbre, odio e incluso de ruptura de una relación. Sin embargo, de lo único que existe certeza, es que el ego puede llegar a romperse en mil pedacitos. Muy a su pesar, eso lo comprobó Sofía, luego de verse convertida en la “engañada”.

Sofía es una mujer con muchas cualidades excelente profesional, buena amiga, sincera, una mujer coherente en un mundo de tanta incoherencia. Una mujer inolvidable, como le habían más de una vez.

Inolvidable, pero sin suerte en el amor, si es que la suerte en el amor existe, o la suerte lisa y llanamente. Y fue esa falta de suerte la que llevó a Sofía transitar ese día por esa calle tan intransitada que ni de suerte alguien más iba a transitarla.

Y quiso la suerte, o la ausencia de ella, que allí estuviera el marido de Sofía abrazando a la otra. Sofía no había osado a imaginar ese momento ni en medio de sus pensamientos más intrincados. No por inocente, ni por egocéntrica, sino que nunca hubiera llegado a imaginar que la otra era una mujer tan olvidable.