Así como el tiempo es una experiencia subjetiva, la realidad también lo es. Es una verdad evidente que la realidad es una sola, pero que desde que cada uno de nosotros tiene uso de la razón, ha buscado la forma de distorsionarla para así aprehenderla y hacerla nuestra, construir nuestra realidad, con nuestras pautas y verdades reveladas.
No hay dos personas que se comporten de manera idéntica. No importa que sea una situación favorable o adversa, triste o feliz, dulce o amarga. La realidad será la misma, pero la interpretación que le demos, dependerá de los lentes elegidos para distorsionarla.
Esto no significa que siempre busquemos distorsiones que nos favorezcan, evitando digerir malos tragos. La distorsión elegida generará un marco en el cual cada hecho, sentimiento, pensamiento o ideal propio se desarrollará. Y esto en definitiva, sentará las bases para distorsionar aun más, nuestra ya distorsionada realidad.