Aprendizaje

Fui orgullosa, sumamente orgullosa. Con los años y a los porrazos aprendí que el orgullo no siempre es nuestro mejor consejero y que en muchos casos, nos enceguece y nos juega una mala pasada. La realidad no miente, nos habla sin anestesia, y por sobre todas las cosas, no negocia. Y esa mezcla que orgullo y ego no nos permite distinguir qué es real o qué es negociable.

Hoy, si bien el ego me sigue haciendo trampas al solitario, tengo un orgullo moderado. Aprendí cuándo tengo que negociar, cuándo tengo que retirarme para tomar impulso y cuándo tengo que aceptar las cosas como son y seguir otro camino, aunque me cueste reconocerlo.

No escupo para arriba, no me creo la dueña de la verdad, ni mucho menos me hago la superada. Lo que aprendí, lo defiendo como el tesoro más preciado, con la tal vez ingenia ilusión de no volver a equivocarme. Pero la realidad muta, no es la misma la situación de ayer, la de hoy o la de mañana. Y si bien parece que hay cosas que ya las vivimos y ya las aprendimos, inevitablemente tropiezo de nuevo. Y tampoco puedo evitar caer en la bronca y en la decepción. Pero tampoco puedo evitar seguir aprendiendo.

Después de todo, el aprendizaje es el camino. No un camino para lograr una felicidad. Ni siempre es infinita, ni se parece a esa felicidad prefabricada que leímos el los cuentos de hadas. Cada uno construye su felicidad a su manera, y en definitiva la felicidad es una cuestión de actitud, de cómo encaramos el día a día. La felicidad es parte del camino, pero no en cualquier camino, sino en aquel que nos permite llegar a nuestros objetivos y cumplirlos. Camino y destino. Un poco de cada uno.

14 comentarios:

La solitaria dijo...

Yo tengo un muy largo camino por recorrer... aún.

Lady dijo...

Soli: A mi también me falta un largo camino! Pero aprovecho cada oportunidad para aprender.

Besos

Menage A Trois dijo...

muy bonito Lady.
Buen fin de semana.
Siga con su "on the road" :)

-eme- dijo...

uh... el orgullo y los pasos a seguir ... que complicado saber reaccionar como corresponde

Lady dijo...

Menage: Gracias y buen finde para vos también! :)

Sol: Más allá que vivimos en sociedad y que tenemos ciertos patrones que seguir y bla bla bla, el "como corresponde" depende un poco de cada uno, no?

Besos

Menage A Trois dijo...

gracias Lady, por suerte el finde empezó SUPER bien ;)
saludos

Anónimo dijo...

Lady:
Es real, tanto orgullo no es bueno. Pero un poco viene bien y se necesita.
No creo en la felicidad, sino en los momentos felices ( o será para conformarme?).
De los tropiezos se aprende, al menos para no tropezar más con lo mismo.
En definitiva, todo está en proceso de aprenizaje, menos mal, no?
Besos!
Lady Baires

Inti dijo...

Creo que todos nacemos con una cuota enooorme de orgullo. Algunos la van dejando de lado a medida que viven y sufren, otros cargan con eso toda la vida y nunca ven las consecuencias.

Lady dijo...

Lady Baires: Un poco de orgullo no está mal, es parte de la personalidad y de la dignidad. Pero al extremo nos enceguece.
Y coincido contigo, todo está en proceso de aprendizaje.

Inti: Los que cargan con un orgullo extremo, muchas veces nos hace ahuyentar a quienes realmente los quieren de verdad. O lo que es peor, no saben distinguirlo.

Besos

Unknown dijo...

yo estoy un poco harta de todo.
:(

Janine dijo...

Simplemente genial. Hay veces en los que uno no tiene nada que agregar. No hace falta.

Anónimo dijo...

me encanta la gente con orgulllo propio.. ojo que no se pase pero se me hacen mas queribles porque se quieran mas...

Caballero rojo dijo...

Aprender a aprender, he ahí un gran secreto

Lady dijo...

Willowcita: Yo estoy harta de los orgullosos que no saben ver más allá de sus razones, que no creen en tus sentimientos y que espetan verdades que ni ellos se las creen.
En fin, hice catársis ;)

Agus: Gracias :)

Ana: Un poco de orgullo es necesario (mirá que yo lo conservo, no me desprendí de todo mi orgullo y menos de mi ego que es enoooorme). Pero hay que aprender de los errores y de los aciertos. De lo contrario, de nada sirvió lo que hicimos.

Caballero: Secreto difícil de comprender.

Besos

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